Llega un momento de confusión mental, en el cual olvido todo el camino que he recorrido, y todo lo que he logrado, y se impone el pensamiento y el miedo, de retroceder mi vida, simplemente por el hecho de sentirme sobrepasada.
Hace años no sentía esta presión, esta sensación como de descontrol mental, donde mi mente literal pasa por todos los estados posibles, y ni siquiera yo misma puedo comprender en el momento que es lo que me pasa, cual de todas las cosas que hay en mi me genera la suficiente pena, como para no poder parar de llorar.
Ahora que ya estoy más tranquila, puedo expresar en palabras, aquella situación extraña que viví anoche:
Vengo de una semana bastante estresante en varios niveles, creo que para todos lo ha sido de alguna forma, quizás para otros no tanto, siempre hay tanta variedad como personas hay en el mundo, pero al menos en mi caso, pasé por muchos estados anímicos en una cantidad pequeña de tiempo, en todos estos días, ansiedad, emoción, alegría, frustración, miedo, esperanza, conexión y un sin fin de sentimientos, emociones y pensamientos que iban y venían...
Hubieron días en que me sentía super fuerte, pero otros en los que sentía que esto iba a ser más difícil de lo que yo pensaba.
Me doy cuenta que vuelvo a repetir conductas que ya tenía identificadas en mí, y que estuve tanto tiempo trabajando, y esa sensación es un poco frustrante, porque en el momento donde estoy tomada por la emoción no logro pensar, o al menos eso me pasó anoche, que es normal, que no puedo autoinflingirme por eso, por ser humana, por sentir, entonces ayer toda la incertidumbre, la falta de control, las expectativas, habilidades y capacidades fueron cuestionadas severamente por mi misma o se apoderaron de mi mente y no supe como lidiar de manera que pudiera conciliar con cada uno de ellas, porque bueno, en ese momento el autocuidado se fue al carajo, y fue más fácil autoreprocharme, a decirme que en realidad me permitía vivir ese sufrimiento de manera sana, abrazándome, cuidandome... pero no fue así, en cada momento me seguía castigando con suposiciones, recuerdos, ansiedades, incertidumbres, de las cuales solo los recuerdos eran cuestiones definitivamente reales (ya que pasaron y que en realidad siempre son modificados además, nunca ilustran la realidad de manera tan igual), pero todo lo demás era pura fantasía, que me formé en ese circulo de pena, de rabia, de frustración para sentirme aún más mal de lo que me sentía.
Y para darle más drama al asunto, comencé a pensar en todas las personas que había perdido en mi vida, mis relaciones amistosas, amorosas, de vida, fracasadas (seguía en esta idea del autocastigo), no me bastaba con reprocharme lo mal que estaba llevando toda esta situación actual, sino que para añadir al coctel me saqué en cara cosas del pasado, que yo ya había dado por cerradas, y no me siento orgullosa de eso, porque yo ya no soy esa persona que cometió todos esos errores, porque claramente las asumo con todo lo que eso conlleva, pero también tengo que ser capaz de comprender que he crecido, que he aprendido, y que tengo claro que no soy perfecta y que en mi presente cometeré otros errores, pero no me puedo dar el pase de pensar que volveré a ser esa persona que no tenía idea de lo que quería en la vida, que temía ser abandonada, que no tomaba en cuenta lo suficiente los sentimientos de los demás, y no reniego de eso, porque aprendí muchas lecciones, pero tengo que ser clara en que yo ya no soy eso.
Pero anoche olvidé todo lo que podría ser racional, y me dominó por entero mi cerebro emocional, colapsado, elevado de cortisol, de ansiedad, de recuerdos y etc.
Agradezco haber despertado y que esa sensación haya desaparecido, pero no puedo permitirme simplemente dejarlo pasar, así como algo banal, como tampoco pensar que por eso estoy perdiendo mi estabilidad emocional, y caeré en algún cuadro más grave, porque ambos escenarios, creo que son muy extremos, por eso me doy el tiempo de escribir esto, de intentar expresarlo en palabras, de reflexionar, de mirarlo desde otro punto de vista, porque es necesario, porque me sirve para crecer, para aprender.
Es una forma de hablarme a mi misma y validar mis sentimientos y no minimizarlos, tengo que ser más consciente, tengo que seguir poniendo en práctica todo lo que he aprendido, tanto de mi misma, como las herramientas que he podido obtener de distintas experiencias de mi vida, y comprender que este colapso no elimina todo eso, ni lo pone en duda, simplemente lo tomo como un llamado de atención bastante intenso que mi mente y mi cuerpo me hacen, para que disfrute más de los procesos y no los cuestione tanto, para que encuentre más espacios de reflexión y no enfocarme solo en ciertos puntos de mi vida.
Se hace necesario seguir ampliando mi mente, que a veces para poder lidiar con la ansiedad planifica y cuadra, pero que es un arma de doble filo, porque necesito abrir mis posibilidades, y no es que no lo haga, sólo que necesito hacerlo más y que no se me olvide todo lo que soy y lo que valgo.
Y como me dijo alguien por ahí.... tener en mente las metas y objetivos
Hasta pronto
(espero volver con un relato menos denso jajajaja)